Tips para proporcionar a tus plántulas de marihuana unos cuidados óptimos

La fase de plántula, al igual que las diferentes etapas por las que pasa tu mota, requiere de especial atención para llevarse a cabo sin problemas. Por ende es necesario que le garantices ciertos cuidados específicos.

En este artículo te daremos unos consejos para que puedas proteger tus pequeñas plantas con éxito.

Lámparas ideales

No todas las luces son adecuadas para las plántulas de marihuana, por ejemplo con unas bombillas HID o LED demasiado potentes tus plantones pueden llegar a sufrir quemaduras.

Para proteger a tus plántulas de esos daños, lo mejor es usar las lámparas adecuadas. Por lo general se recomienda el uso de bombillas CFL, con espectro de luz azulado. Estas luces se caracterizan por ser de bajo consumo y no producen un calor excesivo. El ciclo de iluminación ideal es de 18 horas de luz y 6 de oscuridad.

Fertilización de las plántulas

Las plántulas de marihuana jóvenes que acaban de germinar como tal no necesitan nutrientes, al contrario, añadirlos desde el primer momento puede ser perjudicial.

Las plántulas son sensibles al fertilizante, por lo cual se recomienda no cultivarlas en una tierra demasiado rica en nutrientes.

Algunos cultivadores aseguran que no es necesario fertilizar los plantones hasta que tengan unas 3-4 semanas de vida.

Temperatura y humedad adecuada

La temperatura y humedad son dos factores que debes tomar en cuenta si quieres que tus plántulas se desarrollen adecuadamente.

El exceso de calor por ejemplo puede provocar que las hojas de tus plantones comiencen a curvarse hacia arriba, y una humedad excesiva puede causar problemas de moho y podredumbre.

La temperatura ideal para las plántulas es de aproximadamente 20 a 25ºC. Mientras que la humedad relativa se aconseja que sea de alrededor del 70%.

Protege los plantones al aire libre

Si estás llevando a cabo tu cultivo de marihuana en exterior, es ideal que busques una alternativa para proteger tus plantones de lluvias o insectos hambrientos.

Para protegerlas cúbrelas con una cúpula. Puedes hacerla por ti mismo. Corta la parte superior de una botella de plástico vacía y listo. Solo no dejes que haya demasiada humedad en el interior. Puedes hacerle unas perforaciones a la botella para que entre el aire.